DOLOR AGUDO
El dolor inmediato, agudo o epicrítico proviene de la lesión tisular, aunque también puede desencadenarse por una disfunción orgánica o una enfermedad. Los nociceptores de las terminaciones nerviosas sensitivas perciben la lesión y, en respuesta, liberan neurotransmisores que viajan por fibras de conducción rápida A delta
(A) hacia la médula espinal, y hacen sinapsis en las láminas I y V del cuerno posterior con la segunda neurona y llegando al tálamo lateral, donde la tercera neurona se proyecta hacia la cisura poscentral de la corteza cerebral. Incremento de secreción de las glándulas sudoríparas y de la tensión muscular. Puede haber aumento de la presión sanguínea, dilatación de las pupilas e intensificación de la frecuencia
respiratoria.
DOLOR CRONICO
Las señales de dolor persistente ingresan a la raíz posterior de la médula por fibras C de conducción lenta y se interconectan en la lámina II con neuronas que llegan hasta el tálamo medial, donde se producen conexiones con regiones cerebrales que modulan el afecto y el comportamiento, así como con la corteza de la cisura poscentral. Si continúa persistiendo el dolor, todo el sistema nervioso puede programarse de nuevo para crear un umbral doloroso más bajo. Los estados de dolor crónico, sobre todo las enfermedades del aparato locomotor, muestran un cuadro multiforme de síntomas que pueden dificultar el diagnóstico. Hay trastornos del sueño, falta de apetito, pérdida de contacto con el medio, falta de concentración, ensimismamiento e irritabilidad.
Fibra nerviosa A con cubierta de mielina
(conduccion rapida del dolor)
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Fibra nerviosa C sin cubierta de mielina
(conduccion lenta del dolor)
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Existen diferentes tipos de fibras nerviosas somatosensoriales, que se clasifican según el diámetro y la presencia o ausencia de mielina. Dentro de las que transmiten las sensaciones dolorosas se encuentran las fibras denominadas
A, de mayor diámetro y mielinizadas, por lo que la velocidad de conducción es considerablemente superior a la de las fibras C. Las fibras C son de diámetro pequeño y carecen de cubierta mielínica. Por lo tanto, las primeras transmiten las sensaciones de dolor rápido, mientras que las segundas se relacionan con el dolor lento.
Las pruebas anatómicas y clínicas recientes indican que las vías rápidas y lentas del dolor son diferentes. El dolor rápido (epicrítico), asociado con un pinchazo, está relacionado con el sistema neospinotalámico, mientras que el dolor lento y sordo (protopático), se transmite a través del sistema paleoespinotalámico y espinorretículotalámico.